Niños pájaro

El otro día vi un reportaje en La noche temática donde se hablaba de un caso de enanismo primario. La persona, una niña llamada Kenadie, a diferencia del otro tipo de enanismo, se mantiene con las proporciones 'normales': las extremidades, la cabeza, las piernas pero en definitiva pequeña. Diminuta.

Comentaban que la niña se movería siempre en un mundo de gigantes. Los médicos ya alertaron a la madre de que el feto era 'anormalmente' pequeño pero al ser una 'anormalidad' muy extraña y poco conocida pues eso: el médico lo percibió. 

Kenadie, así se llama la niña, finalmente era 'anormal'. Salían en el programa, otras personas que al igual que Kenedie sufrían esta 'anormalidad' genética que les hacía con aspecto de duende del bosque. Una característica de esta 'anormalidad' es que todas estas personas, al igual que el mongolismo, tienen unos rasgos que le son característicos: cara de pájaro.

Tienen pues todas estas personas, rasgos “normales” dentro de la “anormalidad”.

Con qué facilidad decimos que algo es normal y algo es anormal. Seguramente para utilizar esta descripción lo hacemos mediante razonamientos comparativos. Si la mayoría se comporta de esta forma o la mayoría tiene esta forma, entonces estamos ante la normalidad.

Seguramente un asesino dentro de una cárcel rodeado de iguales que como él, han matado, debe pensar que los que están con él son totalmente normales. Así pues, parece que la normalidad y la anormalidad son un tema de contexto. Seguramente un entorno terrorífico lo es más para aquellos que no viven que para los que viven en ellos ya que para ellos el terror forma parte de sus vidas.

El gobierno italiano o lo que es lo mismo, el pueblo italiano que es quien lo ha escogido democráticamente, piensa que aquellos que son diferentes de la mayoría: una mayoría que por cierto presenta muchos y diferentes estratos de anormalidad, deben ser expulsados y no tienen derechos ni a malvivir en un suburbio infecto lleno de ratas y basura.

Muy probablemente lo único que separa al Berlusconi de un gitano rumano por ejemplo, de esos que malvivían en uno de estos suburbios, sean una buena formación, cierta cultura y mucha suerte en la vida. Ya nos lo dijo el genial, y digo genial por ser 'anormal' el tipo de cine que hace y no por el sentido estrictamente etimológico de la palabra, Woody Allen en 'Match Point': la suerte, tanto la buena como la mala, nos guía hasta el punto donde nos encontramos y a veces nos sitúa en la parrilla de salida.

En definitiva pienso que estamos de nuevo en un contexto difícil.

Estoy triste por que la demagogia fácil y la xenofobia vuelven a campar por Europa en boca de buenas personas. Se oyen comentarios que alientan la decisión de un personaje tan normalizado como el Berlusconi y animan a hacer lo mismo. Estamos volviendo a andar por el abismo y no nos damos cuenta.

'Normalidad' y 'anormalidad'. ¿Tan difícil es ver que ambas forman parte de una y otra a la vez?. A veces lo 'normal' es 'anormal' y lo 'anormal' es normal. Porque el mundo es así y en la diferencia radica el éxito. No es muy difícil ver que en el fondo todos somos iguales y todos tenemos derechos a vivir 'normalmente' con nuestras diferencias.

Berlusconi no habla de inmigración ilegal: esto es racismo. No se engañe.

Tengo la esperanza de que quizá algún día aquellos niños y niñas pájaro, evolucionen y les salgan alas, y éste sea el futuro de la especie humana. Entonces desde la atalaya donde se desarrollan y viven los pájaros, veremos realmente que todo es mucho más fácil y que lo que hay abajo es normal.

Veremos los tipos como el Berlusconi, como píxeles muertos en una inmensa pantalla de plasma. Los veremos infinitamente más pequeños que los niños y las niñas pájaro.

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